ORTIGA: ESA GRAN DESCONOCIDA

En la planta de ésta semana vamos a poner todas nuestras ganas en que se conozca a fondo para así romper con su mala imagen, e intentar que cambie la visión sobre ella.

Ortiga mayor (Urtica dioica)

 La Ortiga mayor (Urtica dioica) y la Ortiga menor (Urtica urens) son plantas herbáceas de la familia de las Urticáceas. En el caso de la Ortiga mayor puede llegar al metro de altura, tiene hojas opuestas, lanceoladas, con el margen serrado y cubiertas de característicos pelos irritantes. Sus flores unisexuales están en diferentes pies. Abunda a partir de los 1.000m y hasta más de 2.500m en zonas nitrificadas y húmedas, estercoleros, corrales, acequias y en general cerca de la actividad humana. Se reproduce tanto por semillas como por rizomas. 

Lámina botánica Urtica dioica

El habitual uso de estas plantas como mala hierba desechable y de uso como comida para animales (como los patos), todo ello sumado a ese gran miedo al "no la toques que pica", ha llevado a ésta a su olvido como planta culinaria. Sin embargo gracias a su equilibrio entre las verduras y las plantas aromáticas es de gran uso alimenticio; es cierto que habrá que ponerse guantes para recogerla pero este picor desaparece al hervirlas en agua dando paso a un sabor aromático, suavemente amargo, similar al de la espinaca. Contiene un altísimo nivel de clorofila y es una importante fuente de vitamina C. Los brotes jóvenes son perfectos como aderezo para resaltar el sabor de las sopas de verduras y guarniciones de verdura. Además hay un gran plato típico como es el revuelto de huevos con jamón y ortigas picadas.

 Como planta medicinal es una de las que mayor variedad de aplicaciones tiene. Actúa fortaleciendo y tonificando todo el organismo. Actúa específicamente sobre el eczema infantil (junto con la escrofularia y la bardana) en cualquiera de sus manifestaciones, especialmente el de origen nervioso. Por sus propiedades astringentes puede servir para frenar las hemorragias nasales o cualquier hemorragia que pueda producirse en el organismo, por ejemplo uterinas. La Ortiga debe recolectarse cuando está en flor (mayo-septiembre) y dejarla secar. Se puede consumir tanto en infusión como en tintura, dependiendo de los beneficios que busquemos.

Los rizomas de esta planta, ricos en polisacáridos, taninos, compuestos fenólicos, lignanas y esteroles; resultan eficaces en los tratamientos de hiperplasia benigna de la próstata. Se recomienda su uso para aumentar el volumen y el flujo urinarios y para reducir el residuo posmiccial.

Ortiga menor (Urtica urens)

Las hojas, ricas en proteínas completas y equilibradas en aminoacidos (mismo valor nutricional que la carne), flavonoides, vitaminas, sales minerales y oligoelementos; se aconsejan en el uso contra los dolores reumáticos, la artritis y la infllamación de las vías urinarias, así como preventivo de cálculos renales.

En situaciones concretas como enfermedad de diabetes y madres lactantes actúa positivamente en la reducción del nivel de azúcar en sangre y el aumento de la producción de leche. Además de ser una gran aliada de champús ante la caspa y la caída del pelo industrialmente le prestan mucha atención para la obtención de la clorofila en uso en dentífricos y champús.

Y por si fueran pocas razones para romper ese mito de ortiga=mala hierba, es una de las más usadas en agricultura ecológica, elaborando un purín de ortigas que fortalece las plantas y frena el ataque de los pulgones. 

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Principios activos: Histamina, ácido fórmico, clorofila, glucoquinina, hierro, vitamina C.

Acción farmacológica: Astringente, diurético, tónico, alterante, rubefaciente.

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